Hace un tiempo se puso sobre la mesa del Congreso de los Diputados la importancia de la racionalización de horarios en nuestro país. En 2016, el gobierno se comprometió a trabajar en la finalización de la jornada laboral a las 18:00 horas para equipararnos con otros países de la UE y acabar con las jornadas de trabajo interminables, pero, ¿trata de eso realmente la racionalización de horarios?
Este debate ha pasado a ser tema de interés nacional. Gran parte de los españoles parece que estamos de acuerdo en que aunque pasamos más horas en nuestros puestos de trabajo que el resto de trabajadores de otros países de Europa, no acabamos de ser igual de productivos que países como Alemania, Francia o Bélgica. ¿Qué es lo que falla entonces? ¿Pueden ser las paradas a desayunar a media mañana? ¿Las charlas futboleras? ¿Las paradas de dos horas para comer? ¿Las largas tardes en la oficina? En definitiva ¿es posible que la cultura del presentismo no nos esté ayudando en absoluto?¿Estar en el trabajo significa estar trabajando?
Hoy en día muchas empresas afirman estar cada día más concienciadas con la necesidad de establecer medidas que favorezcan la conciliación de la vida laboral y personal, pero nos seguimos encontrando con un gran número de responsables o jefes que aplauden a los trabajadores que más horas están en la oficina sin pensar qué, más que ser algo positivo, demuestra una falta de organización y una mala gestión del tiempo. Hablamos de empresas más concienciadas, ¿pero es eso cierto? Pocas son las empresas que como Iberdrola han implantado la jornada continua todo el año, pocas son las empresas que han adoptado el modelo EFR de la Fundación + Familia. De hecho, según un informe del Instituto de Política Familiar, España, es uno de los países de la Unión Europea donde más difícil es la conciliación.
De acuerdo a este estudio en España el 88,2 por ciento de las empresas definen totalmente el horario de sus trabajadores, y baja hasta el 44,8 por ciento en el caso de Finlandia, donde la flexibilidad horaria es mayor.
¿Pasa el cambio por la necesidad de legislar o más bien por la necesidad de concienciar a nuestras empresas de la importancia del cambio?“El cambio depende de los directivos y mandos intermedios de las empresas. Y para hacerlo, lo primero es querer hacerlo” señala la catedrática Nuria Chinchilla, experta en conciliación y una de las principales abanderadas del cambio de horarios en España.
Volviendo al título del post, ¿racionalización de horarios es salir antes de las 18 horas? ¿Hablamos entonces sólo de racionalización para oficinas? Como bien dice José Alberto González Ruiz, Secretario General de Cepyme: “Las empresas son un universo muy amplio y variado y no todas las actividades se ajustan a la misma regulación de horarios”.
Nos encontramos con empresas industriales con una gran diferencia en la posibilidad de racionalizar horarios entre los puestos de dirección y administración y los productivos (ya que estos últimos suelen trabajar a turnos); también con empresas de servicios: hostelería, comercio, etc. donde los horarios de los puestos de atención al cliente están supeditados a las necesidades de los clientes.
Estamos de acuerdo en la necesidad de un cambio, pero desde mi punto de vista no pasa porque todos salgamos antes de las 6 sino en tener en primer lugar jornadas más flexibles, ser más productivos, tener más tiempo para conciliar, estar más descansados… Y sobre todo adaptarnos a las diferencias de puestos de trabajo y proponer medidas de conciliación adaptadas a cada uno de ellos.
Para avanzar en el cambio, se ha creado una Comisión Nacional para la racionalización de los horarios españoles y su normalización con los de los demás países de la Unión Europea. Esta Comisión que tiene como fines fomentar el aumento y la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, así como la conciliación de la vida personal y profesional, la igualdad efectiva y real entre hombres y mujeres y la mejora de la productividad y eficiencia de las empresas, afirma que las empresas que concilian la vida personal, familiar y profesional de sus empleados mejoran su rendimiento.
Resumiendo, es evidente que se tiene que trabajar para conseguir horarios laborales“más europeos”, pero la empresa tiene que ser la responsable de ponerlos en marcha y los trabajadores coresponsables, cada vez más, de su gestión. Es evidente que se necesita ayuda de la Administración, pero sin pasar obligatoriamente por legislar, sí pasando por sensibilizar, a las organizaciones y a la sociedad en general (horario europeo no sólo en los puestos de trabajo, horario europeo en la vida privada ayudando así a algunos sectores como el comercio/hostelería a tener horarios más amigables para el trabajador).
El cambio pasa por entender las necesidades de cada uno y que éstos tengan tiempo de satisfacerlas.
“Recuerda que el tiempo es oro” (Benjamín Franklin).
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