La Comisión Europea ha dado un gran paso, casi un puñetazo encima de la mesa, reclamando el uso de la normalización como una herramienta estratégica de cambio en la UE en un potente comunicado.
La normalización es la elaboración de normas de uso voluntario, en consenso con los grupos de interés, para facilitar el desarrollo y los intercambios económicos. Más técnicamente expresado la normalización tiene como objetivo la elaboración de una serie de especificaciones técnicas, normas, que son utilizadas por las organizaciones, de manera voluntaria, como garantía para probar la calidad y la seguridad de sus actividades y productos
Europa ha sido pionera en la normalización y ha arrastrado a otros muchos países a ese ámbito de productos reconocibles, con fuertes resistencias, todo hay que decirlo, del mercado USA y su zona de influencia.
Las necesidades, o las ventajas, de la normalización son evidentes y las podemos ver en la vida diaria cuando existe, tu enchufe eléctrico sirve en Italia o en Francia, y cuando no existe, tu enchufe no vale en Lima o cuando aun no todos los cargadores de móviles valen entre sí. Estos son pequeños ejemplos, pero la normalización escala a materiales de construcción, equipos de electromedicina o productos químicos, que se pueden comprar a cualquier fabricante que produzca de forma normalizada, es decir, certificando sus productos, que es un proceso diferente pero complementario.
Cada país europeo, y unos cuantos mas que han visto las ventajas de la adhesión, dispone de un único normalizador, que en el caso de España es la asociación sin ánimo de lucro UNE
Este avance conseguido en los últimos 50 años parecía perder fuerza en las ultimas décadas, ante nuevos y mas intensos problemas. La CE cree que ha llegado el momento de modernizar la normalización para ponerla al servicio no ya de la sociedad europea (eso ha sido así siempre) sino al servicio de los retos de dicha sociedad.
¿Y cuales son esos retos? Pues la CE cita específicamente el Pacto Verde Europeo, la transformación digital de Europa y el apoyo a la resiliencia del mercado único y considera la normalización un factor clave de éxito.
El comunicado de la CE es ciertamente crítico con la situación actual, pero propone medidas concretas y definidas para mejorar la normalización de cara a los tres grandes objetivos citados. Sin duda abre un camino tan claro como complicado, que podemos resumir en lo siguiente:
- Fijar prioridades en normalización para los grandes retos de la UE
- Crear un foro de alto nivel (FAN) con los normalizadores, la industria y la universidad, como asesor de la comisión en estos objetivos
- El FAN revisará las normas actuales para ver si están alineadas con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Década Digital de Europa y apoyar la resiliencia del mercado único
- Creación de un centro de excelencia para optimizar el conocimiento en normalización en los países europeos
- Fijar objetivos para acelerar estos pasos
- Modificar el reglamento de la normalización para mejorar la gobernanza de estos organismos
- Pedir a los normalizadores que modernicen sus estructuras para mejorar la representatividad de todos los grupos de interés y sus actuales intereses
- Elaborar un código de buenas prácticas sobre normalización para reforzar el vínculo entre la normalización, la investigación y la innovación a través del Espacio Europeo de Investigación (EEI).
- Formar a nuevos expertos en normalización con ayuda de las universidades y los propios normalizadores.
Los plazos que se introducen son, en mi opinión, muy ajustados, quizás demasiado para ese monstruo que es la UE y su Comisión, que va obligar además a los normalizadores a adoptar esquemas agile (eso creo) para dar respuesta en tiempo y forma.
Es ilusionante que la CE retome este impulso por la normalización que puede hacer a Europa mas fuerte, en especial si usa su potencial económico para imponer, por fea que resulte la palabra, las ventajas de productos, servicios y sistemas normalizados.
Para nosotros, el equipo de Prysma, que llevamos en esta etapa y en anteriores, tantos años en la cadena de valor NORMALIZACION-CONSULTORIA-CERTIFICACIÓN es una buena noticia este impulso, mas ante retos tan desafiantes como el cambio verde (hidrogeno verde, economía circular, cero residuos, huella de carbono), la digitalización (CRM, trabajo hibrido, nube, gemelos digitales, seguridad de la información) y la resiliencia (seguridad de la información, continuidad de negocio, ENS, gestión de riesgos)
Serafín Carballo es nuestro director de Consultoría de Prysma.