La economía circular es un modelo de desarrollo restaurativo y regenerativo por diseño y tiene por objetivo reducir tanto la entrada de recursos (materiales, energía y agua) como la producción de residuos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos. Extiende el ciclo de vida de los productos, contrastando con el modelo económico lineal tradicional basado en el concepto de “usar y tirar”, que requiere recursos ilimitados.
Cuando un producto llega al final de su vida útil, se mantiene dentro de la economía siempre que se pueda reutilizar, reciclar o valorizar, manteniendo el máximo valor posible a lo largo del ciclo de vida. Además, promueve la transición hacia fuentes de energía renovables. Los tres ejes de la economía circular son la gestión de residuos, el ecodiseño y la reutilización del agua.
En definitiva, la economía circular es la gestión ambiental del ciclo de vida completo de un producto, dirigido a:
- Diseñar el producto para optimizar su uso y su gestión al final de la vida útil.
- Reducir el consumo de materias primas y utilizar materiales menos contaminantes
- Reducir las emisiones atmosféricas y la generación de residuos en la fabricación y uso del producto.
- Fomentar la reutilización y el reciclado, convirtiendo lo que podrían ser residuos en materias primas utilizables por otros sistemas de producción.
Marco normativo.
El 12 de diciembre de 2015 la Unión Europea publicó Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular: Este plan de acción contiene directrices para promover la transición y establece objetivos para 2025 y 2030 sobre economía circular vinculantes para todos los Estados miembros. Entre los objetivos destacan reciclar un 65% de los residuos municipales, un 75% de los residuos de envases y reducir los residuos que van a vertedero hasta un máximo del 10% para el año 2030.
En 2018 España publica el borrador de la Estrategia Española de Economía Circular:. Contempla una visión a largo plazo, España circular 2030, que será alcanzada a través de planes de acción a corto plazo. Las líneas principales de actuación sobre los que se focalizarán las políticas e instrumentos de la estrategia y sus correspondientes planes de actuación son ocho. Cinco de ellas relacionadas con el cierre del círculo: producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, y reutilización del agua. Y las tres restantes, con carácter transversal: sensibilización y participación, investigación, innovación y competitividad, y empleo y formación.
Necesidad de cambio.
El modelo económico lineal actual basado en el consumo de recursos ilimitados y sin una visión a largo plazo no contempla la dimensión ambiental. Si seguimos usando los recursos al ritmo actual, para el año 2050 necesitaremos el equivalente de más de dos planetas para sostenernos. Se hace necesaria la transición hacía la economía circular, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no solo para generar beneficios ambientales sino también económicos y sociales. Además de reducir la presión sobre el medio ambiente, este modelo económico genera creación de empleo, ahorro de costes, crecimiento económico y fomenta la innovación.
¿Cuáles son los sectores prioritarios?
Según la UE los sectores prioritarios para la transición hacia la economía circular son el sector del plástico, el agroalimentario, materias primas fundamentales, construcción, biomasa y productos biológicos, y legislación de fertilizantes.
¿En qué consiste un plan estratégico de economía circular?
La fase más importante es la de diseño, donde hay más posibilidad de cambio y menor coste, destacando la importancia del ecodiseño. El ecodiseño incorpora criterios ambientales en la fase de concepción y desarrollo de un producto, considera factores ambientales sin comprometer otros como la calidad o la función. Aplicar un plan estratégico de economía circular es una opción rentable para las empresas que quieran fomentar su imagen de marca y estén comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Qué ventajas ofrece para las empresas?
La economía circular está estrechamente relacionada con el ecodiseño, ecoetiquetado, análisis de ciclo de vida, eficiencia energética, huella ambiental, huella de carbono, huella hídrica, residuo cero, residuo como subproducto, materias primas secundarias…etc. En definitiva, implementar la economía circular a un determinado proyecto, ayuda a desarrollar los conceptos mencionados y a mejorar el comportamiento ambiental de una compañía.
La economía circular ofrece múltiples ventajas para las empresas, como la reducción de consumos (energía, agua y materiales) y costes. Además, al incorporar este modelo se reducen las emisiones atmosféricas, aumenta la valorización de residuos reduciendo el destino final a vertedero y se reducen los riesgos para la salud y el medio ambiente. Para las empresas que quieran ofrecer una imagen de compromiso con la sostenibilidad es un punto fuerte para tener en cuenta, además de fomentar la innovación y la competitividad.
¿Cómo podemos ayudarte desde Prysma?
El equipo Prysma ECONOMIACIRCULAR puede ayudarte desde la implementación de planes estratégicos de economía circular a diversos proyectos con los que obtener múltiples beneficios. Desde la identificación de las áreas clave donde implementar mejoras a través de la optimización de recursos, procesos y gestión de residuos, hasta la comunicación interna y externa de dichas mejoras.
Prysma también cuenta con otros servicios que pueden ayudar a guiar a tu empresa hacía una economía más circular, realización de estudios de minimización de residuos, realización de auditorías energéticas, formación del personal y mucho más.
¿Lo mas novedoso? El “cero plásticos” ¿A que suena bien? Escribenos a prysma@prysma.es y te lo contamos
Raquel Perdices Burguete trabaja en proyectos en EC en el área de Energía y Sostenibilidad de Prysma
rperdicesb@prysma.es