Según la Real Academia de la Lengua Española un evento es “un suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportiva.
Diariamente se celebran en nuestro país cientos de eventos de carácter público y privado desde fiestas patronales, festivales de música y cine, eventos gastronómicos o deportivos, ferias, congresos o reuniones que mueven a muchísimas personas y que en menor o mayor medida tienen una serie de efectos, en muchos casos negativos, sobre el entorno. Los principales impactos de los eventos se detallan a continuación:
- Alto consumo de recursos como energía, agua, alimentos…
- Incremento en la generación de residuos.
- Aumento de la contaminación atmosférica, especialmente asociada al transporte.
- Generación de contaminación acústica y lumínica.
- Ocupación del espacio y degradación del entorno, directa o indirectamente.
Es por ello que el modo de gestionar el diseño y desarrollo de los eventos juega un papel fundamental en su impacto. Aplicar criterios de eficiencia y sostenibilidad a la gestión de eventos contribuye a minimizar los potenciales impactos negativos ambientales y a dejar un legado beneficioso para la comunidad anfitriona y todos los involucrados.
Un evento sostenible debe tener como base tres valores fundamentales: económicos, sociales y ambientales. Si bien existe aún la creencia de que gestionar un evento de manera ambientalmente responsable no compensa económicamente, en realidad se ha demostrado que las ventajas de desarrollar eventos sostenibles incluyen un ahorro de costes y retorno de la inversión, aumento de competitividad asociado a la innovación y una reputación positiva.
Desde hace una década los profesionales de la industria de los eventos han ido tomando conciencia de la necesidad de prácticas más sostenibles. Así, el compromiso de sostenibilidad adquirido por los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012, llevó a la British Standards Institution a la creación de la BS 8901:2007 Especificaciones para un sistema de gestión de eventos sostenibles con orientación para su uso, la primera norma publicada orientada a la gestión de eventos sostenibles.
En respuesta al entusiasmo internacional por la BS 8901, la Organización Internacional de Normalización se puso a trabajar en una norma que culminaría en la ISO 20121 de Gestión de eventos de sostenibilidad publicada en 2012. Esta norma especifica los requisitos de un sistema de gestión que tiene en cuenta criterios de sostenibilidad en el ciclo de vida de un evento, desde la etapa de organización hasta el legado que deja tras su finalización.
Paralelamente a la edición de estas normas certificables, se han desarrollado numerosas iniciativas a nivel regional, nacional o sectorial que han ido involucrando a los organizadores de eventos en la gestión de la sostenibilidad, mediante la creación de sellos, distintivos y premios que valoran el compromiso del evento con el medio ambiente y la sociedad.
Para asegurar que el evento sea sostenible ha de diseñarse, planificarse, organizarse y desarrollarse de manera sostenible. Para ello, la entidad organizadora del evento se ha de centrar en reducir los impactos ambientales y sociales que sean negativos. La ubicación y los servicios ofrecidos condicionarán mucho la sostenibilidad del mismo. Pero ánimo! sostenibilizar un evento es más fácil de lo que parece. Las líneas generales de actuación pueden ser las que se indican a continuación:
- Disminuir el consumo de energía y agua.
- Emplear alimentos sanos y responsables con el medio ambiente y la salud.
- Reducir, reutilizar y reciclar los residuos generados.
- Evitar la contaminación atmosférica, favoreciendo la movilidad sostenible.
- Evitar la contaminación lumínica y acústica.
- Proteger el hábitat de plantas y animales.
- Sensibilizar a los asistentes sobre el respeto al entorno.