Bien es conocido que las empresas son responsables de cumplir la ley, y no seré yo quien diga que Boing no ha cumplido con todas las exigencias necesarias para poder comercializar un modelo como el 737 MAX.
Pero una cosa es la responsabilidad legal y otra bien distinta es nuestra responsabilidad social.
La primera nos puede acarrear fuertes sanciones recogidas y tipificadas, como le ha pasado a Volkswagen con su dieselgate, pero el incumplimiento de nuestra responsabilidad social suele tener consecuencias aún peores, porque es aquí la sociedad la que juzga nuestro comportamiento y si su veredicto es negativo puede “destruir” literalmente la reputación de una empresa, ahora mismo el valor más preciado de una compañía, y esa destrucción puede entonces sacarla del mercado…
Por cierto, en el caso de Volkswagen si bien las sanciones económicas fueron elevadas, la sociedad ha permitido que se convierta en líder de ventas, ¿Curioso verdad? ¿Justo? No les puedo decir, porque quien ha dicho haciendo es la propia sociedad. Ese pecado le ha sido perdonado… hoy, no sabemos en un futuro si seguirá siendo así.
Claro, en el caso de Boing estamos hablando de dos graves accidentes con víctimas en menos de 5 meses, no de las emisiones de mi coche (que pago yo). Al parecer, y según la prensa, los accidentes se hubieran podido evitar gracias a un extra que incrementa el precio de la aeronave. ¿Es correcto que la seguridad supongo un precio extra? ¿Qué le va a costar más a Bing haber regalado el plus de seguridad o el impacto en ventas que ahora mismo está teniendo?
No sé si Boing recibirá algún tipo de sanción de las administraciones, lo que sí sé es que la sociedad le va a castigar duramente, de hecho, sus acciones ya se han desplomado en bolsa, y sus futuros clientes se lo pensarán dos veces. Todo por no cuidar algo tan evidente como la seguridad e ir si fuera necesario más allá de las exigencias legales.
La seguridad de nuestros productos o servicios es una componente básica de la responsabilidad social empresarial a la que se le debe prestar una especial atención, ya que de otro modo acabará repercutiendo de manera directa en la componente principal de la responsabilidad social…la económica: “Si no somos sostenibles económicamente…no hay responsabilidad social (ni nada)”