Vivimos una situación sin precedentes e inimaginable hasta ahora. La pandemia del Covid-19 ha alterado nuestra vida personal, laboral y colectiva sometiéndonos a un confinamiento y a una contracción de la economía de costosa reconstrucción. Pero también ha puesto de manifiesto la fortaleza de este nuestro país.
Los sanitarios, los cuerpos y fuerzas de seguridad y el trabajo imprescindible de tantos profesionales de todos los sectores que permiten que la vida siga. Ahora, más si cabe, la garantía de los servicios públicos esenciales se hace más imprescindible que nunca.
Estos días, se ha puesto de manifiesto la absoluta dependencia que la sociedad tiene de su sistema eléctrico y de la tecnología digital.
Hoy, más que nunca, hay dos motores que siguen moviendo nuestro mundo obligatoriamente detenido: la electricidad y las telecomunicaciones. No podemos imaginar nuestro día a día sin ellos.
Si en circunstancias normales, la operación y transporte del sistema eléctrico es crítico, más lo es en una situación como esta, para garantizar que el suministro eléctrico llegue a todos los rincones de nuestro país, en todo momento.
Es por esto por lo que nuestros compañeros del Servicio de Inspección Aérea (SIA) de Prysma, en estas circunstancias tan duras de Estado de Alarma, continúan con su labor diaria, sobrevolando los tendidos eléctricos en busca de anomalías que puedan poner en riesgo el suministro.
Uno más, de muchos trabajos que antes pasaban desapercibidos y ahora cobran la importancia que siempre han tenido. Porque hoy nuestros hogares, nuestros centros sanitarios y todos los servicios básicos y esenciales en nuestra sociedad, han de tener la certeza de que la electricidad llegará de forma instantánea siempre que la necesiten y que las redes que nos mantienen conectados seguirán funcionando a pleno rendimiento.