En economía, se afirma que cuanto más pequeñas son las empresas, más dificultades tienen para innovar, una afirmación que se podría trasladar al ecosistema, donde ésta opera. Así los entornos más pequeños, regiones menos pobladas o comarcas alejadas del centro metropolitano de un país, tienen dificultades para generar las ventajas de aglomeración de que disfrutan las grandes áreas urbanas, lo cual puede afectar, entre otras cosas, a la capacidad de atraer y retener talento, a la circulación de los trabajadores o el acceso al conocimiento y tendencias más recientes.
Sin embargo, las transformaciones relacionadas con la expansión de la tecnología y la necesidad de especialización tienen impacto por igual a todo tipo de empresas y territorios, por lo que las políticas y programas de promoción económica de las administraciones locales de entornos más rurales deben adaptarse y ofrecer nuevos servicios que respondan a estas necesidades.
Resulta crítico, pues entender cómo debe articularse dicha política, que debe atender tanto a sectores tradicionales como dar respuesta a las demandas e iniciativas más innovadoras en estos territorios, siendo palanca para su desarrollo.
Apuntamos aquí algunos de estos elementos:
- Trabajar para impulsar y apoyar estrategias internas y externas, es decir, identificar actividades de especialización dentro del mismo territorio, pero teniendo presente la escalera externa, para poder atraer nuevos mercados y actividades.
- Basarse y poner en valor las iniciativas estratégicas ya existentes y el conocimiento basado en la experiencia local, asegurando la participación de la población.
- Favorecer la gobernanza multinivel, tanto a escala interna (de la comarca, región) como su conexión con escalas administrativas superiores y otros agentes.
- Introducir de forma progresiva actividades basadas en la promoción de la innovación, tanto para su difusión como promoción en las empresas, y conseguir que las innovaciones estén orientadas a los retos de ese territorio.
En general se debe asegurar que no se reproducen modelos que se han pensado para ecosistemas en grandes aglomeraciones urbanas, o en todo caso adaptarlos a la realidad local, teniendo en cuenta su realidad empresarial, las oportunidades de crecimiento e identificando las barreras que impiden el cambio. Así, es clave conocer la situación actual de los sectores tradicionales del territorio y su capacidad de adaptación a nuevas realidades productivas y estratégicas; identificar la tipología de capital humano existente y las dificultades para retener y atraer talento o analizar la relación del tejido productivo y de los emprendedores con nuevas tendencias tecnológicas y productivas en los activos diferenciales del territorio
Prysma colaborará con la agencia de desarrollo local Montsià Actiu, de la comarca con el mismo nombre, en la actualización de sus servicios de atención a las empresas, con el objeto de desarrollar respuestas innovadoras a los retos descritos y conseguir que estos servicios lleguen con mayor eficiencia a las empresas del territorio y respondan a sus necesidades en el cambiante entorno actual.