La historia de superación que Will Smith encarna en la película “En busca de la felicidad” y basada en una experiencia real nos aporta grandes lecciones de vida: nos habla de superación, propósito, esfuerzo, resiliencia, perseverancia, automotivación, actitud positiva, ponerse en pie después de un fracaso… ¿Quién no se ha emocionado, empatizado o se ha sentido identificado con este personaje en algún momento de su carrera profesional? Las emociones y cómo somos capaces de gestionarlas son la guía de nuestros comportamientos y nuestras decisiones vitales, así que son la clave para alcanzar la tan deseada felicidad en el trabajo.

El concepto Felicidad en el Trabajo: no es una moda
En el universo de los RRHH se habla mucho en los últimos años de felicidad de las plantillas: Gerentes de Felicidad (los “GEFES”), Departamento de Felicidad, Políticas de Felicidad, Plan de Felicidad… A muchos les puede hacer pensar que se trata de una mera jerga de moda, pero lo cierto es que se evidencia como una estrategia de recursos humanos cada vez más necesaria para la atracción del talento y para la mejora de la productividad (el ROI de la felicidad está más que demostrado).
En mi opinión el concepto de Felicidad en el Trabajo ha venido para quedarse, pero siempre que detrás de una mera declaración de principios “somos una empresa con empleados felices” haya un verdadero trabajo para la elaboración de diagnósticos, desarrollo de estrategias, despliegue de acciones o medidas concretas y la evaluación/medición de las mismas para la mejora continua. No basta con decirlo, ¡hay que pasar a la acción!
Dar una definición unívoca del concepto de Felicidad en el Trabajo es muy complicado: podemos estar de acuerdo con que estamos haciendo referencia a la satisfacción y la motivación del emplead@, el bienestar físico y emocional, gozar de un buen clima laboral, poder conciliar, sentirse realizad@, valorad@, estar comprometid@ con los valores, el propósito y la cultura de la organización… pero realmente para cada persona puede significar algo distinto.
Al final, para implementar planes y medidas para alcanzar la felicidad en el trabajo hay que hacer un riguroso diagnóstico sobre cómo se materializa la felicidad en la mente cada emlead@: se hace imprescindible mantener una escucha activa de las expectativas y necesidades de las personas. ¿Sabes realmente lo que hace felices a tus trabajadores? Hay que empatizar, entender y medir de una forma eficiente, objetiva y continua.
La neurociencia tras la Felicidad en el Trabajo
Desde disciplinas como la psicología positiva y la neurociencia se han logrado muchos avances que nos han permitido entender cuál es el impacto de la felicidad en nuestras vidas personales y laborales. De esta forma podemos emprender acciones para estimular la felicidad en las organizaciones. Pongamos algunos ejemplos:
- ¿Cómo estimular los neurotransmisores y las hormonas de la felicidad? ¡Somos pura química!
- La dopamina está relacionada los centros de recompensa y del placer del cerebro: se nos activa cuando obtenemos una recompensa inesperada, como puede ser simplemente recibir un reconocimiento público de un logro, una felicitación por haber hecho un buen trabajo… el resultado que se obtiene es un incremento notable de la motivación.
- La serotonina ayuda a regular el estado de ánimo y tiene un papel importante en el comportamiento social. Se le llama muchas veces la hormona de la felicidad ya que genera sensaciones de bienestar, relajación, alegría, autoestima, etc. Se pueden incrementar los niveles de serotonina mediante la adopción de hábitos saludables, como por ejemplo la práctica regular de ejercicio o técnicas de relajación, evitando situaciones generadoras de estrés. Hay que identificar y mapear los posibles riesgos psicosociales en la organización para establecer medidas de prevención, como la depresión o la ansiedad que son las principales causas de baja laboral y además han experimentado un importante incremento a causa de la COVID19.
- La oxitocina interviene en el aumento de confianza y la reducción del miedo social. También los niveles altos de oxitocina influyen en la adopción de comportamientos de generosidad y altruismo que tanto benefician al clima laboral. Podemos implementar medidas que refuercen las relaciones en el entorno de trabajo para obtener una mayor confianza, lealtad y compañerismo como por ejemplo organizar jornadas de team building, espacios informales de interacción para los trabajadores, etc.
- Las neuronas espejo: ¡La felicidad es contagiosa!
Los seres humanos tenemos un instinto innato para la imitación: el cerebro copia, imita, siente y actúa. La neurociencia ha demostrado que estas neuronas espejo desempeñan una función importante dentro de las capacidades cognitivas que están ligadas a la vida social.
Es importante tener en cuenta en los entornos de relación laboral que hay una influencia de personas tóxicas (en las que impera la negatividad, la desmotivación, la queja continua, el individualismo…) o por el contrario de personas felices (optimistas, colaboradoras, alegres, empáticas, que arriman el hombro para solucionar los problemas…) que van a contagiar a los demás.
Así deberemos identificar a los primeros para “neutralizarlos y positivizarlos” (en primer lugar hay explorar por qué no son felices, cuáles son los motivos de sus frustraciones o sus expectativas no satisfechas… para dar una respuesta que aumente su satisfacción y “atraerlos a la luz de la felicidad”) y reforzar positivamente dando reconocimiento a la actitud de los segundos.
Deberemos propiciar en lo que podamos un ecosistema relacional que contribuya a la creación de una cultura de felicidad que “evangelice” a todas las personas de la organización aprovechando el efecto contagioso de la felicidad.
La felicidad es una buena inversión para las organizaciones
Podemos encontrar muchas evidencias de que la felicidad de los trabajadores tiene un impacto positivo en la productividad y en la mejora de resultados empresariales. Cuando las personas trabajan con una actitud positiva y un buen estado de ánimo la consecuencia es que trabaja más y mejor. Por ejemplo, un estudio realizado por neurocientíficos como Richard Davidson y VS Ramachandran, demuestran que las personas felices son mejores trabajadoras.
Algunas de las consecuencias de ser feliz en el trabajo son, entre otras muchas:
- La felicidad es el combustible que potencia la motivación.
- Aumenta todo su potencial, compromiso y productividad
- Mejora las relaciones interpersonales en el entorno laboral y contagia la positividad
- Se maximiza la creatividad ya que las personas se sienten más confiadas para aportar nuevas ideas
- Se obtiene una mejor adaptación a los cambios y se superan más fácilmente las crisis
- La actitud positiva hace que las personas sean más eficientes en la resolución de problemas
- Hay más predisposición y receptividad para el aprendizaje
- Se reduce el absentismo y la rotación de los equipos
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Teresa Pérez, es Psicóloga y nuestra experta en neurociencia y neuromarketing, trabaja en nuestra oficina de Barcelona.