Recuerdo en mi primer trabajo, ya hace más de 20 años, que el horario de salida lo marcaba cada día directamente el “jefe”. Sabíamos a qué hora se entraba a trabajar, pero no sabíamos a qué hora volveríamos a casa.
La premisa era la siguiente: nadie podía salir antes que el jefe de trabajar, y pobre del que se fuera antes. Eso sí, el jefe nunca se iría a la hora de salida oficial, mínimo una hora extra habría que aguantar. Todos permanecíamos sentados esperando en silencio la hora en la que este “trabajador innato” decidía irse a casa, para en lo minutos siguientes hacer lo propio el resto de los mortales.
¿Os imagináis cuál era la productividad de la gran mayoría, mientras se esperaba que el “jefe” se levantara? ¿Os imagináis cual era la motivación de la gran mayoría para seguir allí sentados? Menos mal que por aquella época era becario y duré poco.
Este es un claro ejemplo de las antiguas políticas de presencialismo laboral, que cada vez son menos comunes, y que, tras los grandes cambios que nos ha motivado la pandemia del COVID 19, si alguna queda, no le ha quedado mas remedio que cambiar o morir. ¿En serio?
Gracias a mi profesión de consultor, todos los días tengo la oportunidad de trabajar directamente con multitud de empresas, y aunque es verdad que muchas han sabido adaptarse y mejorar, otras (y no pocas) siguen cometiendo los mismos errores que en el pasado, pero ahora con el agravante de no anteponer la seguridad de los trabajadores al presencialismo.
Si algo nos ha enseñado en el ámbito laboral esta pandemia, es que las medidas de conciliación y en especial el teletrabajo nos permiten ser en la mayoría de los casos mucho más eficientes. Por ejemplo, un comercial que tiene varias reuniones al día, a través de reuniones online elimina los tiempos de desplazamiento y consecuentemente los costes.
El teletrabajo es la medida estrella de esta pandemia, si la cual muchos sectores, como el mío de consultoría no podrían haber trabajado con normalidad, entrevistas, reuniones con clientes, intercambio de información en tiempo real… son actividades del día a día que pueden realizarse con total normalidad de forma online. Cierto es que los que llevamos mucho tiempo teletrabajando echamos de menos el trato personal, que nunca se debe perder, y que poco a poco tenemos que recuperar. Pero lo que tenemos claro, la gran mayoría, es que muchas de las medidas implantadas han llegado para quedarse, porque nos benefician a todos.
Sin embargo, no son pocos los casos de empresas que, en plena pandemia, (que aún estamos no nos olvidemos) han vuelto al trabajo presencial completo, y muchas otras que están deseando que finalice esta situación de pandemia para volver inmediatamente a la situación presencial anterior. Sinceramente, parece que no hemos aprendido nada.
Cuando he preguntado a Directores de estas empresas la razón, la respuesta es siempre la misma: “los empleados trabajan más porque están más controlados” …que manera de engañarse. Actualmente las herramientas de trabajo on line nos permiten, si fuera necesario, monitorizar la actividad detallada de cualquier trabajador, desde el número de correos que envía, a el tiempo que pasa en determinada página o archivo, o incluso el número de interacciones con la pantalla o el teléfono.
He visto situaciones absurdas, donde los trabajadores han vuelto en su totalidad a las oficinas, pero las reuniones internas las hacen on line cada uno desde su sitio, otras en las que solo se permite ir al office de uno en uno, y otras empresas que a raíz de la pandemia, por su actividad, han visto incrementada su plantilla y además de volver al puesto de trabajo han tenido que alquilar nuevas instalaciones con más coste…y todo por tener más control de los trabajadores.
Pero, realmente ¿Que ganan realmente con volver al antiguo modelo y más en plena pandemia? o mejor aún ¿Como afecta la vuelta a la tasa de accidentabilidad y costes?, o ¿Se ha dejado de cumplir algún objetivo realizando las actividades en teletrabajo? Estas son preguntas básicas que toda organización debería hacerse antes de volver al modelo al tradicional, o implementar nuevas medidas.
Analicemos brevemente los pros y los contras del teletrabajo (pleno o parcial) y el trabajo presencial pleno:
Teletrabajo
A favor | En Contra |
---|---|
Mayor Productividad | Menor Trato Humano |
Mayor Motivación | |
Menor Accidentabilidad | |
Menor Coste |
Trabajo Presencial
A favor | En Contra |
---|---|
Mayor Trato Humano | Menor Productividad |
Menor Motivación | |
Mayor Accidentabilidad | |
Mayor Coste |
Es evidente que algo tan importante como el trato humano se pierde en el teletrabajo, por eso un modelo mixto “presencial a distancia” suele ser la mejor opción, pero siempre hay que buscar el modelo específico que se adapte a cada organización, y a sus trabajadores.
Para ello es necesario partir de un diagnóstico detallado donde se recojan las expectativas de los trabajadores y por supuesto de la propia empresa, y a partir de ahí trabajar en medidas específicas que respondan a ambos, no solo de teletrabajo, sino de conciliación en general que permitan mantener la motivación alta… porque el resto de los beneficios van de la mano.
En mi caso tengo la suerte de trabajar en PRYSMA, una de las empresas que ha entendido perfectamente que hay que evolucionar, y que ya antes de la pandemia tenía un modelo propio de conciliación que nos ha permitido adaptarnos a la situación actual y que en un futuro nos permitirá adaptarnos a las nuevas situaciones que están por venir…y que, hoy por hoy, nadie puede asegurarnos cuales son.
César Martín Gómez
Director Consultoría Zona Centro