Las infraestructuras del transporte, uno de los activos más valiosos propiedad del gobierno, son claves para asegurar el crecimiento económico y social de un país, encontrándose inmersas en un proceso de transformación, donde la apuesta y compromiso con el desarrollo sostenible prevén una modernización y adaptación de las infraestructuras existentes para dar cabida a vehículos sostenibles, vehículos autónomos, mejoras de la gestión de los activos, incrementos de la capacidad de respuesta frente a imprevistos, disminución de los costes operativos, disminución de las emisiones de CO2…
Actualmente nos encontramos en ciclo de inversión bajo y con carencia de inversión en mantenimiento. Según un estudio de la consultora AT Kerany, se cuantificaba en 2015, una reducción en la inversión de mantenimiento de la red de carreteras en España de un 25% y de un 20% en la red ferroviaria. Así mismo según la Asociación Española de la Carretera (AEC) expone que se presenta un déficit de 7.500 millones de euros de inversiones para reparación y conservación de la Red de Carreteras del Estado (la viaria convencional y de autovías, exceptuando las concesiones de primera generación), sin contemplar casi 800 millones que añade la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) necesarios para adecuar la red de túneles.
La necesidad de actuar para conocer mejor el estado actual, afrontar la modernización infraestructuras y la optimizar las inversiones se convierte en algo de vital importancia y de carácter estructural para el país. Según el plan de recuperación pos-COVID de la unión europea y los presupuestos del Estado de 2021, el gasto de la obra público subirá casi un 115%, donde “la modernización de infraestructuras es uno de los pilares y, sobre todo, la conservación y mantenimiento de las mismas” según declaró el Ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Está inversión dará un impulso a la modernización y transformación de nuestras infraestructuras.
Esta transformación implica adaptar y optimizar procesos, reducir el consumo energético, así como el desarrollo y mejora de materiales. Todo ello basado, interconectado y vinculado a través del gemelo digital de la infraestructura.
La creación, implantación y explotación del gemelo digital, permitirá una mayor interrelación entre las entidades públicos y privadas involucradas en el diseño, construcción y operación, donde las fases de operación y mantenimiento se convierten en fases críticas dentro del ciclo de vida de la infraestructura

Las inspecciones rutinarias y periódicas, con una clara visión de mitigación de sobrecostes, planificación de planes de actuación y mejora, evaluación de deterioro y degradación de activos, complementarán a las inspecciones obligatorias exigidas por las Administraciones, reforzando conocimiento del estado actual, su evolución y predicción de su deterioro con un objetivo de planificación de los mantenimientos, desde los predictivos hasta los correctivos.
Desde PRYSMA contribuimos en la inspección de grandes infraestructuras lineales acompañando a nuestros clientes en integración e interoperabilidad del ciclo de vida de la infraestructura, desde las fases más centradas en campo mediante la captación de la realidad física existente y su transformación en una realidad digital, a las fases más centradas en oficina, donde el procesado, modelado y análisis de la información favorecerán la toma de decisiones de forma ágil, sencilla y colaborativa entre todos los actores, tanto internos como externos.
A partir de los gemelos digitales, generados a partir de tecnologías LiDAR, visible y termográficas generamos modelos geométricos 3D que sirvan de soporte geométrico y constituyen el núcleo de para la coordinación del resto de la información capturada a través de diversos sensores, conectando la Inspección, el modelo, los sistemas de información geográfica y la gestión de activos en el ciclo de vida del activo.
