El coronavirus ha logrado que la salud haya pasado a ser un tema prioritario tanto de la agenda política como de las organizaciones empresariales en todo el mundo y de forma global. Ha supuesto un punto de inflexión sobre la relevancia de la salud y el bienestar de los equipos de trabajo en la estrategia de sostenibilidad de las empresas: si la salud y el bienestar (físico y emocional) de las personas está en entredicho la sostenibilidad del negocio empieza a hacer aguas por todos lados.
Por otro lado, no debemos olvidar que la salud está estrechamente relacionada con el medioambiente: depende del aire que respiramos, los alimentos que comemos, los ruidos a los que nos exponemos en las ciudades, los impactos que tienen las emisiones químicas o el cambio climático.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2016, la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 4,2 millones de muertes prematuras. Podéis ver las directrices de la OMS sobre la calidad del aire aquí.
También hay evidencia de que nuevas enfermedades como la propia COVID19 tiene origen zoonótico: el cambio climático que está implicando una reducción de los ecosistemas y reduciendo la biodiversidad tiene como consecuencia la pérdida de protección frente a la zoonosis (enfermedad infecciosa que ha pasa de un animal a humanos).
Las empresas que están más avanzadas en la gestión de aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno y que han entendido que existe esta conexión entre salud y estrategia de negocio han sido capaces de solventar mejor la crisis adaptando rápidamente sus medios organizativos y preventivos para poder seguir adelante superando los retos directos e indirectos que ha supuesto la COVID19: mantener a las personas sanas evitando contagios, haciendo frente a la ansiedad y el estrés ante la incertidumbre o las nuevas formas de trabajo (teletrabajo).
Así, el objetivo primordial de una organización saludable es lograr el máximo bienestar posible de las personas que forman parte de la organización o tienen una vinculación con ella (clientes, proveedores, sociedad en general…), ofreciéndoles diversas opciones para disfrutar de una mejor calidad de vida tanto en el propio entorno laboral como fuera de él (no es fácil disociarnos en las dos facetas de nuestras vidas que forman parte de una misma realidad).
Todas empresas pueden contribuir a la salud y el bienestar de las personas independientemente de su sector o tamaño y con un enfoque más amplio que la prevención de riesgos laborales: trasciende lo que ha venido siendo la prevención de riesgos o la ausencia de enfermedad y adquiere un valor hacia la “positividad”, es decir, no es sólo no estar enfermos, sino ganar en calidad de vida y bienestar.
¿Cuáles son los pilares sobre los que se sustenta una Organización Saludable?
- Aspectos relacionados con la mejora de la salud física y la adopción de hábitos y un estilo de vida saludables:
- Seguridad
- Actividad física
- Ergonomía y la higiene postural
- Alimentación y nutrición
- Hábitos psicohigiénicos…
- Factores psicosociales y cultura enfocada al bienestar: Todos aquellos aspectos que tienen un impacto en la satisfacción de las personas y su compromiso con la empresa, desde el estilo de liderazgo, el crecimiento personal, la calidad de las relaciones interpersonales, la comunicación, la gestión emocional y de conflictos, el clima laboral, la motivación, la alineación del propósito personal con el rol a la organización o la posibilidad de conciliación con la vida familiar.
¿Qué aporta el disponer de un Sistema de Gestión de Organización Saludable?
Una de las opciones que están adoptando cada vez más organizaciones que están haciendo contribuciones al ODS3 de salud y Bienestar de las Naciones Unidas es la implantación de un Sistema de Gestión de Organización Saludable certificable como el SIGOS de AENOR (https://www.aenor.com/certificacion/responsabilidad-social/empresa-saludable )
Este Sistema de Gestión de Organización Saludable va más allá de la prevención de las lesiones y el deterioro de la salud de sus plantillas: se extiende hasta el estilo de vida personal y familiar, pasando por la cultura adecuada para ser una organización saludable.
Una de las ventajas de implantar este Sistema de Gestión es que se centra en crear un marco de referencia, no solo para que las personas de las organizaciones perciban de manera positiva las condiciones laborales y que se genere un clima laboral seguro y saludable, sino también para que las otras partes interesadas en la sociedad (usuarios, clientes, proveedores, familias) puedan compartir y participar de estos beneficios, y la organización logre así una nueva estrategia de liderazgo centrada en el bienestar, la salud y la sostenibilidad.
También hay que destacar que está orientado a la mejora continua y además se ha desarrollado en base a la estructura de alto nivel de las Normas ISO de Sistemas de Gestión, lo que facilita su integración (minimización de recursos, simplificación documental…) tanto con el Sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo según ISO 45001, como con cualquier otro sistema de gestión que la organización pueda tener implantado (ISO 9001, ISO 14001, SR10…).
El hecho de que SIGOS sea un modelo certificable, permite conseguir un reconocimiento externo que lo ponga en valor ante la sociedad.
Artículos relacionados:
Teresa Pérez es psicóloga, experta en neurociencia aplicada al mundo de la empresa (Neuromanagement y Neuromarketing, Experiencia del Empleado/Cliente/Paciente, Gestión de Personas en Liderazgo, Motivación, Creatividad e Innovación, Empresa saludable) y trabaja como Gerente de consultoría en nuestra oficina de Barcelona.