¿Cuáles son los elementos básicos
que soportan la prevención del riesgo penal?
Un sistema de gestión de riesgos debe incorporar los siguientes elementos.
Una identificación realista de las conductas delictivas
que pueden afectar a la organización y de las actividades en las que se pueden producir.
Un mapa de riesgos penales permanentemente actualizado
basado también en un análisis realista y muy profesional de la probabilidad y de las posibles consecuencias que podrían tener las conductas delictivas.
Unos controles implantados y eficaces
para asegurar que las actividades realizadas se ajustan a unos patrones incompatibles con una conducta delictiva.
Un Código de Conducta y unas Políticas muy claras
estableciendo las conductas no permitidas y las pautas de actuación en casos de duda.
Una formación y comunicación continua y sistemática
de lo indicado anteriormente, dirigida a todos los empleados y directivos, desde el mismo momento de su incorporación a la empresa.
Un canal ético
o de denuncias, para que cualquier persona de la organización u otras partes interesadas puedan comunicar inquietudes o irregularidades.
Una supervisión muy activa
por parte de un órgano de cumplimiento autónomo, para asegurarse de que el Sistema de Compliance se mantiene “vivo”, desarrolla una cultura de cumplimiento en la organización, es eficaz para prevenir el riesgo y se enfoca hacia la consecución de objetivos y hacia la mejora continua.