Gestión de Riesgos
La gestión de riesgos es la herramienta de la organización para identificar los peligros que le puedan afectar, para reducir la probabilidad de que ocurran y para mitigar el impacto que podrían ocasionar.
La gestión del riesgo que conocíamos antes del COVID19 ya no vale.
¿Cuáles son los elementos básicos que soportan la gestión del riesgo?
Un inventario permanentemente actualizado
De los peligros que pueden amenazar a los factores clave de la empresa, entre los que no se deben olvidar: la seguridad de las personas, la continuidad de las operaciones, la calidad (del producto o servicio), los resultados económicos y, cómo no, la imagen de la empresa.
Un mapa de riesgos permanentemente actualizado
Basado en un análisis realista y muy profesional de la probabilidad y de las posibles consecuencias de los peligros.
Un plan de actuación ante emergencias permanentemente actualizado
Para afrontar esos casos tremendamente improbables, pero de muy graves consecuencias.
Un plan de continuidad de negocio permanentemente actualizado
Que permita recuperar las operaciones de la empresa, en el menor tiempo posible, en los casos en que estas se pudieran ver interrumpidas.
Un equipo entrenado y un proceso de gestión muy ágil
Capaz de liderar una respuesta rápida a cualquier situación de riesgo.
Aspectos clave en el desarrollo y mantenimiento
de un sistema de gestión de riesgos.
La formación y concienciación
de todos los profesionales de la empresa.
La integración del riesgo
en todos los procesos de planificación y de gestión y, en consecuencia, en la cultura de la empresa.
El compromiso total de la alta dirección
sin el cual es imposible lo anterior.
Aspectos clave en la gestión de riesgos
La crisis del COVID19 nos ha enseñado, o confirmado, que una gestión eficaz del riesgo implica:
Alerta permanente
Ante los riesgos identificados y ante cualquier riesgo emergente que pudiera llegar a afectar
Comité de crisis multidisciplinar
Que en tiempos de “paz” se puede llamar comité de seguridad o de riesgos, que se reúna al menos con frecuencia quincenal. Lo importante es que el riesgo nos pille entrenados, trabajando con mucha agilidad y creatividad para evitarlo.
Información fiable
Para la toma de decisiones.
Rapidez en la capacidad de respuesta
Cualquiera que sea el riesgo al que nos enfrentemos. La inacción, o el retraso en la acción, por falta de decisión, deben descartarse. Tener presente que cualquier decisión que se tome (y las que no se tomen) tiene repercusión en las personas, en la cuenta de resultados, en los clientes, en los proveedores, en la imagen y en la supervivencia de la empresa.
Análisis del resultado de las decisiones
Con información fiable, y nueva toma de decisiones.
Referencias











